De dónde salís con ese discurso, me dijiste. Me viste en la marcha, me escuchaste hablar y me preguntaste qué hacés acá, si vos naciste en cunita de oro. No fue de oro ni fue sencillo, pero tenés razón. A... Seguir leyendo →
Otras cuya esencia está definida por oposición a la nuestra. Otras que representan todo lo que no somos. Cuya sola existencia cuestiona nuestros principios y los pone a prueba, pone a prueba nuestra capacidad de romper lo que hemos construido, para construir algo nuevo. Estas no te ayudan a ser más vos, no, no. Te ayudan a ver un sinfín de posibilidades de ser...
No te lava ni la lluviaEsa agua que no te limpiade la nostalgiade eso que no existesi no que te lo fijate lo imprimete lo grabaLa llovizna grabaLa llovizna agravaNo se puede pensar en el vacíoY sin embargo existeEso que... Seguir leyendo →
El amor habita horas sin paredes.Habita horas urgentes que no tienen segundos.Tienen encuentros, o tienen ausencias.Su flujo se expande y se contrae al ritmo de los cuerpos.Su tiempo no tiene tiempo, no tiene distancia.Se habitan los amantes uno al otro,habitan... Seguir leyendo →
Te preguntan de dónde sos y mirás alrededor. La respuesta depende del contexto. De quién te lo pregunta, de qué tan lejos estás de tu ciudad natal, de tu país de origen, de la casa de tus padres, de la... Seguir leyendo →
Soy del grupo de personas que ha tenido el privilegio de encarar un invierno de montaña, en cuarentena, con el calor de un calefactor y una pantalla llena de opciones audiovisuales. Mi ser vintage le abrió la puerta a la... Seguir leyendo →
Calle Literatura es una de las brillantes columnas de la Revista Km0. En ella, mi amiga y gran escritora Carolina Elwart, en su natural impulso mecénico, busca sacar del closet a las letras escondidas, las que no se animan, las... Seguir leyendo →
Hay una victoria no contada en este presente inscribiéndose en la historia. He visto trajes de nylon y guantes de látex ganándole al ogro de la distancia. He visto besos de vidrio, he visto abrazos esterilizados, he visto gafas y máscaras derrotadas por el cariño de las pupilas fijas, de las palabras encerradas en los tapabocas.
Y aunque sea para subirnos a la maroma de los codos y los dos metros, con el calor de las proximidades dibujamos una sonrisa en el reverso del barbijo.